martes, 26 de julio de 2016

Haikus XXVI


La playa de la torre de Cope en barbecho.






La posidonia oceánica es al mar lo que la cultura al hombre.  

Esta planta marina da el mejor de los frutos: la salud de las playas. Hojas, raíces (gallos) y su reconversión en bolas de virutas (rodamientos de fertilidad geométrica) embellecen en arribazones la costa.

Así la cultura: parece un naufragio y nos puebla de la humanidad que nos hace personas.

Ni sobran las fértiles “algas”, aunque molesten a los turistas, ni la cultura es un apéndice molesto del ser. A no ser que el abono del pensamiento y de las playas estorbe a los que no pueden lucrarse con ellos.  Su densidad da claridad a las aguas y al pensamiento.

Este haiku, fértil en su estrambote, ha mutado en tanka. Es un mensaje secreto entre amantes: la mar y yo.


        
                     Raíz del agua,
semilla y flor del cielo,
hacen la playa.

         Vomita su pulmón,
en olas lo respira.



Respirar denso para sanar.




Cuidarse para cuidarnos.

Esta playa, porque puede ser para ella, volverá a ser para nosotros.

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