lunes, 5 de octubre de 2015

Sonetos de carne VI: Excálibur





                  
   





El amor es pulsión y recreación: en su simbiosis nace, crece y se alimenta. El deseo inventa el itinerario de su inmolación, de su precipitarse, efímero en su diana. Son el camino y la diletancia los que aceleran en su espera forzada y a contrapelo el placer que buscan. La víspera del gozo saliniana puebla de “carpe diem” los prólogos del destino.

        Este sonetillo a la inglesa, palabra y carne, mitologiza la vida real para darle perspectiva.



El orgasmo es un destino
que anhela encontrar su fuente.
No sigue pasos ni puentes
porque busca su camino.

         Su tragedia bebe el vino
que conduce hasta la muerte
precipitando la suerte
de saberse muerto y vivo.

         Se hace el amor en sus actos,
crece en cada suicidio
de caudales destilados
que son mar y son abismo.

Piedra que busca su espada
en ondas de laberinto.






3 comentarios:

  1. Respuestas
    1. Gracias, Esther. Es un sonetillo que hice el sábado en el tren, de vuelta de unas jornadas de lengua y literatura, mientras los "trasladados" (antes eran "viajeros") se entretenían ante sus pantallas y sus viajes particulares. Los túneles, el paisaje y los que compartían espacio conmigo fueron la inspiración.

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  2. Siempre es bueno que nos recuerden que el soneto es una estrofa cargada de futuro. Un poema precioso y profundo querido Ábradas.

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